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De nuestros orígenes

Qué tristeza ver a la gente blasfemando en contra de sus propios orígenes. No sé si hay algo que me resulte más patético. Simplemente porque los orígenes son algo de lo que no podemos escapar, aun cuando tratemos de renegarlos, es imposible, es algo que te acompaña toda tu vida. No solo es un hecho que debemos asumir, si no también deberíamos respetar y valorar, ya que nuestros orígenes son responsables en gran medida de lo que una persona, o sociedad, es en sí misma.
La negación de los orígenes refleja para mí un problema sicológico más profundo, de inseguridad y aceptación propia. En el fondo, de querer aparentar algo que uno no es. Tanto a nivel individual como social.
No entiendo bien cuál es el problema, pero esta sociedad, desde que fuimos colonizados por el imperio, ha tratado de hacer propia la cultura extranjera. Y pareciera que hay gente que no lo ve, pero viven su propia cultura al modo de los extranjeros. Lo podemos ver a diario en miles de cosas. La forma en que se construyen las ciudades, las creencias religiosas, la administración del estado, el manejo de los recursos, la moral incluso, todos son modelos copiados de culturas extranjeras y muchas veces de una forma paupérrima, una mala copia de una mala idea. Y parece como una especie de arribismo, primero validar los métodos extranjeros y luego entrar en una especie de competencia, casi como intentando decir, yo soy mejor en tu juego. El desarrollo que busca la sociedad siempre es guiado por modelos extranjeros, en el fondo, su premisa es “seremos desarrollados cuando seamos como ellos”. No importa si dentro de la casa los maridos son unas bestias alcohólicas que golpean a la mujer y niños, si los indicadores se equiparan entonces habremos alcanzado igual el desarrollo, prácticamente no importa el costo, mientras lleguemos a ser como ellos. Para mí el desarrollo únicamente lo puede medir el gobernante cuando sale a la calle, recorre los pueblos y encuentra abundancia de alimento, salud en la gente, trabajo en la tierra, niños, familias, techos, y solo como una consecuencia, el reconocimiento. Eso no lo mide el PIB, deben saberlo. Para mí el desarrollo no se puede medir nunca a través del tamaño de las empresas que invierten en el país, que claro, generan mucha plata, pero se llevan el doble de recursos, que de primera, deberían ser de todos. El éxito de un gobernante y la prosperidad del país se pueden medir únicamente en el bienestar de la gente. Y el nivel del éxito se incrementa mientras más gente presente bienestar, no mientras más plata se mueve en el territorio.
No tenemos identidad como sociedad, porque hemos perdido nuestros orígenes, no hemos explotado nuestra propia forma de hacer desarrollo, la hemos copiado, y como tal, nunca seremos como aquellos modelos en los que nos basamos para avanzar, porque sus métodos de desarrollo fueron generados para sus necesidades particulares y nunca serán completamente replicables en otro lugar. Nunca hemos sido capaces de complementar lo bueno de ellos con lo original nuestro, simplemente queremos aplicarlo acá tal como ellos lo hicieron. No solo eso, también se critica a quien no asuma esa idea como propia, a aquel que quiere innovar y ser ORIGINAL.
Desprecio al imperio por venir y explotar a un pueblo inocente, pero desprecio aun mas a quien siendo parte de ese pueblo inocente, se pone del lado del opresor para seguir explotando a su propio pueblo, y no tiene la valentía de venerar sus orígenes y de allí generar futuro.

5 comentarios:

  1. El tema de lo que somos es bastante complejo. En particular nosotros como chilenos no somos ni lo que estaba antes de la colonización, ni lo que nos colonizó.
    Coincido con ustedes que nada se logrará tratando de imitar de modelos extranjeros que nada tienen que ver con nuestra realidad, pero siempre es un proceso largo y nada fácil el entender lo que uno es y por sobre todo aceptarlo.
    Creo que el proceso de aceptar lo que realmente somos como sociedad solo puede llevarse a cabo en una sociedad donde cada uno de los individuos se encuentre en una constante introspección...

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  2. Creo que tienes mucha razon con lo de encontrarse cada uno, y es lo que a diario los concientes tratamos de hacer, pero creo que la sociedad y los manejadores de esa sociedad es justamente lo que buscan, que cada uno no se encuentre y viva como la masa lo obliga a vivir, o sea, que mediante un pensamiento en conjunto (manipulado por convenienvcia) todos se encasillen bajo los mismos comportamientos y gustos.

    Esperemos que el cambio en como tratamos a nuestros antepasados, y como nos encargamos de nuestro futuro (hijos, niños en general) venga pronto y con un cambio de mentalidad y energías.

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  3. Exacto, la identidad como sociedad la vamos formando cada uno de nosotros a traves de nuestra identidad. la responsabilidad de las autoridades es reconocer la identidad social representando el sentir de cada individuo como parte de un todo.

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  4. Este es un pueblo de pasado guerrero pero de presente sumiso... en ese sentido el dictador triunfó: logró imprimir la sumisión sobre el alma colectiva de Chile.

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  5. En efecto, y eso creó nuestra falta de identidad y nulo respeto por los pueblos aborigenes. No somos ni indigenas ni conquistadores, estamos perdidos y sometidos en el medio.

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