
Es razonable que la gente se manifieste cuando una acción, independiente del actor, significa un impacto violento sobre su entorno, ya sea ambiental, social, laboral, etc. El reclamo es absolutamente legítimo cuando existen razones de poder como fue lo sucedido con la Central Termoeléctrica Barrancones, donde las razones sobraban y estaban a la vista. Pero qué pasa cuando los problemas implican una mayor cantidad de aristas, que el común de la gente no es capaz de contemplar en su totalidad.
¿Será entonces que la gente reclama porque si?