
En teoría, en cualquier relación existente, se establecen parámetros y condiciones que hacen que esa relación perdure en el tiempo. Estas condiciones pueden ser tacitas o bien se pueden dejar por escrito e indistintamente estas mantienen el equilibrio en la relación, situación que beneficia a ambas partes. Si las condiciones representan cabalmente a todos los actores, entonces no debiese existir conflicto al momento de tomar decisiones, lo cual es el ideal, sin embargo está claro que alcanzar este ideal es, en la práctica, utópico, pero mientras nos mantengamos cerca, o por lo menos en la dirección, de ese ideal, será esa entonces la mejor vía de acción.Es inevitable que las condiciones y parámetros mencionados, no se vayan modificando a través del tiempo de acuerdo a las necesidades de las partes involucradas, se podría decir que es una adaptación natural de la relación. Cuando no se presenta esta adaptación significa entonces que las condiciones no representan a una de las partes o bien una de las partes no respeta las condiciones establecidas, independiente de los motivos. Se genera conflicto.